La parroquia, sin desatender otros ámbitos más permanentes de su actividad, quiere ser ”punto de encuentro” de esta zona de la ciudad. Así desea ser fiel a lo que el Papa Francisco pide a las parroquias: “estar en contacto con los hogares y con la vida del pueblo” (EG 22), abriendo su espacio al barrio y a la realidad de sus vecinos.
Esta iniciativa de un grupo de voluntarios ha surgido de la reflexión comunitaria que ha constatado que:
- El territorio de nuestra parroquia está habitado por un número significativo de personas mayores y con muchos domicilios donde habita una sola persona.
- La tendencia al individualismo de nuestra sociedad, provoca el aislamiento y olvido de muchas personas y, en particular, de las que ya no son significativas desde el punto de vista social.
- Las redes sociales facilitan la comunicación fácil e inmediata con todo tipo de personas, pero no siempre nos permiten comunicarnos de manera significativa.
- Sin olvidar que los expertos alertan sobre casos más extremos de soledad; algunos llaman a la soledad “la epidemia del siglo XXI”. Hoy se tiene una preocupación especial sobre “la soledad no deseada”, que se da cuando las personas se sienten sin apoyos o sin alguien con quien contar.
Por este motivo el curso 2019-2020 se iniciaron unos talleres animados por voluntarios y abiertos a la participación de las personas mayores del barrio que lo deseen. Los talleres actuales comprenden: arte y cine, club de lectura, “en forma” y taller de memoria.