Acompañando a nuestros enfermos
En cada uno de estos está presente Cristo mismo. Su carne se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado para que nosotros lo reconozcamos, lo tomemos y lo asistamos con cuidado. No olvidemos las palabras de San Juan de la Cruz: ‘En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados… Seguir leyendo