Testimonio de Agustín Mateo Menta enviado por Alicia Gómez.
Dicen que los caminos del Señor son inescrutables y definitivamente la JMJ no fue lo que yo esperaba.
En estás jornadas he aprendido mucho sobre el amor para con Dios y para con el prójimo. Tuve la suerte de conocer gente maravillosa y reforzar conexiones que ya tenía e incluso alguna que había perdido. Estoy seguro que Jesús puso en mi camino a este grupo de gente como apoyo para levantarme, sacudirme la ropa e impulsarme a seguir mejorando como persona y creciendo en el amor.
Es cierto que se abrieron heridas profundas del pasado pero se abrieron para que pudiese limpiarlas a fondo y en el proceso aprender a valorarme y a quererme como hijo de Dios que soy.
Algo que me llevo grabado a fuego tanto en la mente como en el corazón son las frases (especialmente las del Papa) y experiencias que, puedo asegurar, me servirán de guía en la vida.
Hubo inconvenientes? Siempre los habrá pero sinceramente yo me quedó con lo siguiente: la JMJ me ha servido para crecer; en calidad de persona, en madurez y especialmente, en la Fe.
Para acabar me gustaría decir de todo corazón a cada uno de los jóvenes que lean o escuchen esto que espero de todo corazón veros en el Jubileo Joven 2025 en Roma